Cristo Bañez es un afortunado. Tiene un talento innato y es un prodigio del diseño. Adora leer, escuchar música y ver vídeos antiguos de entrevistas a copleras de toda la vida. Cuando habla de su verdadera pasión, sus ojos le delatan. Son sus raíces, su tierra, sus orígenes, pero, sobre todo, su madre: Cristobalina Báñez, con la que comparte profesión, anécdotas y sentimientos.
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